En un acto de celebración del centenario del Partido Comunista, aseguró que Pekín no permitirá “sermones moralistas”.
Este discurso desafiante, que muchos creen que se dirige a Estados Unidos, se produce en un momento en el que China se enfrenta a críticas por las supuestas violaciones de los derechos humanos y la represión sobre Hong Kong.
Las relaciones entre EE.UU. y China han empeorado en los últimos tiempos por el comercio, el espionaje y la pandemia.
La cuestión de Taiwán es también una importante fuente de tensión. Mientras que la democrática Taiwán se considera un Estado soberano, Pekín ve la isla como una provincia escindida.